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IORIO Y FLAVIO LYRICS
"Peso Argento" (1997)
1. Allá en Tilcará 2. Nacido y criado en el sur 3. Río Paraná 4. De Mandinga y remolinos 5. Mal bicho 6. Ramón, el indio hereje 7. Cacique Yatel 8. Gil trabajador 9. Para pocos de los muchos 10. De mandadores y mandados 11. Virgen de los muertitos
1. Allá en Tilcará
Allá en Tilcara
Amanecí allá en Tilcara,
con los amigos de la indiada.
Llevarme allí, quiso el destino.
Junto con quienes mi camino comparten.
Tal vez grabada en las pircas,
mi voz,
como un recuerdo haya quedado.
Como grabado ha quedado en mi ser,
de aquellos, su trato amable.
Anochecí, allá en Tilcara,
con los amigos que entre la indiada tengo.
Y fuí feliz. Grata experiencia,
al compartir su solitaria resistencia.
Pueda este canto que cantando estoy,
sumarle alivio a sus pesares.
O contentar a quien guste de saber,
que jamás te olvidaré.
Me despedí, de madrugada,
de quienes a cambio de nada me asistieron.
Y fuí feliz, grata experiencia,
al compartir su solitaria resistencia.
Pueda este canto que cantando estoy,
sumarle alivio a sus pesares.
O contentar a quien guste de saber,
que jamás lo olvidaré.
2. Nacido y criado en el sur
Nacido y criado en el sur
Mi abuelo me decía,
aquí el invierno siempre es lucha.
Pero el frío tan intenso
enciende el fuego espiritual.
Punta de flecha y sangre
se mezclan con la tierra
del terrateniente,
de los pueblos del sur.
Nacido y criado en el sur,
lo ví tatuado.
Cultura Aoniken
hasta los huesos.
La paz no es el arma de lo débiles,
sino de los espíritus mas recios.
Patagonia rebelde!
Ballenas libres en el mar.
Patagonia rebelde!
Viento de las montañas del sur.
Punta, gualicho,
sangre.
Guadaña, calavera.
Terror latifundista
de las playas desiertas.
Y mi abuelo continuaba,
aquí la gente se hace dura.
Compensando el trago amargo,
con calor del corazón.
Indios, gringos y criollos se mezclaron.
Es historia la masacre huelguista.
La paz no es el arma de lo débiles,
sino de los espíritus mas recios.
Patagonia rebelde!
Ballenas libres en el mar.
Patagonia rebelde!
Viento de las montañas del sur.
3. Río Paraná
Río Paraná
Río Paraná:
Tu brisa fresca respirando yo estoy.
Y canto al verte, tal vez por suerte,
cruzando el puente Brazo Largo
Y al ver tus costas verdes
en un sin fin perderse,
sentir estoy deseando lo que
sienten tantos,
que tus márgenes habitan.
Cantaba al remar, en su canoa a
ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río querido.
Cantaba al remar,
en su canoa a ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río Argentino.
Río Paraná.
4. De Mandinga y remolinos
De Mandinga y remolinos
Los desiertos cruzaba,
con rumbo al río Negro.
Neuquén, y más allá,
de Comodoro y de Gallegos.
Cuando trajo malambo,
en remolino, el viento.
Sangre hecha polvo
por el tiempo.
A la cual dí estos trazos,
con pretensión de versos,
que a la guitarra yo entregué.
Mandinga
muy bien sabe,
me amparo en sus recuerdos.
Juzgando responsables
del ultraje y del degüello.
Al Remington y al sable,
a la oficial historia,
y a quien decreta la memoria.
A esas legiones agrias,
de cruces y de hogueras,
nombrando a un Cristo de Israel.
5. Mal bicho
Mal bicho
Iorio / Cianciarullo.
Vos que andás diciendo
que hay mejores y peores
vos que andás diciendo
que se debe hacer
escuchá lo que te canto
pero no confundir
es de paz lo que canto.
Qué me hablás de privilegios
de una raza soberana
superiores, inferiores
¡minga de poder!
como se te ocurre
que algunos son elegidos
y otros son para el descarte
ambiciones de poder...
Es malo tu destino
¿que marcó tu camino?
la canción que es valiente
es canción para siempre.
Como dijo mi abuela
"aquí el que no corre vuela"
y en el planeta son tantos
¿como pueden ser tantos?
en la escuela nos enseñan a memorizar
fechas de batallas
pero que poco nos enseñan de amor.
Discriminar, eso no está nada bien
ante los ojos de Dios todos somos iguales
sos el que hace las guerras
dicta falsas condenas
el que ama la violencia
que no tiene conciencia.
Mal bicho
todos dicen que sos mal bicho
así es como te ves
mal bicho.
¿Por qué vas lastimando
a quien se ve distinto?
imponiendo posturas
solo con mano dura
vos tenés pa´l abrigo
otros mueren de frío
sos el que anda matando
el que va torturando.
Yo no voy...
a las guerras
a la violencia
a las injusticias
y a tu codicia
¡digo no!
Paz en el mundo
6. Ramón, el indio hereje
Ramón, el indio hereje
Temprano el gallo cantor,
el sol sale en la misión.
Primeras luces del claustro.
Brilla la helada sobre el maizal.
Divina es la mano del gran inquisidor,
justicia de los cielos.
El indio temeroso por la sentencia
del santo tribunal.
Es que ayer encontraron sepultada
una estatua de la virgen María.
La encontraron cabeza abajo,
cubierta de hierbas secas, cerca del maizal.
Y el sol se escondió,
frío intenso en la misión.
Un silencio sepulcral.
Esa virgen se la obsequié
a mi fiel indio Ramón.
Dijo con voz entrecortada,
el monje al santo tribunal.
Ramón es buen cristiano y trabajador,
sangran sus manos siempre en la siembra.
No puedo creer aún lo que pasó,
Dios! por el pido clemencia.
Bien se vé aquí la mano del Diablo,
dijo con firmeza el santo juez.
Con el indio hereje, a la hoguera,
a cumplir el castigo del fuego.
No habrá piedad!
No habrá piedad!
Y el sol se escondió,
frío intenso en la misión.
Un silencio sepulcral.
Ramón, en las llamas el monje lloró,
sabía bien porque lo hizo.
Ramón lo hizo para bendecir la tierra,
pedir por la siembra cosecha buena.
Las hierbas secas eran para protegerla.
7. Cacique Yatel
Cacique Yatel
Asando una picana de
ñandú,
lo sorprendió la tarde en el Pehuén,
arriero soñador de piño
y luz,
que supo ser señor en el Aiken.
Con un perro pelao y un cascabel,
un caballo cansao, viejo y cinchón.
Ahí anda guanaquiando Don Yatel,
cacique Cimarrón,
del Aoniken.
Cuando llega a los boliches
por un trago de ginebra.
Suele cantar un Kaani,
con fábulas y leyendas.
Y los ojos se le escapan
hacia el costao del camino,
porque ha nacido Tehuelche
y antes que nada Argentino.
Cuantos recuerdos tiene Don Yatel,
de la isla Pavón y del Cardiel.
Cuando llegaba el barco de Don Luis,
trayéndole banderas para él.
Cuando el invierno suelta su esplendor,
y se pinta la cima del Chalten,
se me antoja la estampa de Yatel,
corriendo los ñandúes, hacia el
sol.
Cuando llega a los boliches
por un trago de ginebra.
Suele cantar un Kaani,
con fábulas y leyendas.
Y los ojos se le escapan
hacia el costao del camino,
porque ha nacido Tehuelche
y antes que nada Argentino.
y antes que nada Argentino.
y antes que nada Argentino.
8. Gil trabajador
Gil trabajador
El tormento del vino artificial
y su atmósfera parrillera
anestesian la conciencia común,
que transcurre su infancia
en la tierra estomacal
Masticando esta siniestra heredad,
prisionero estoy en mi ciudad natal
donando sangre al antojo de un patrón
por un misero sueldo
Con el cual no logro esquivar
el trago amargo de este mal momento.
Mientras el mundo, policía y ladrón,
me bautizan sonriendo, gil trabajador.
Bestia humana que duermes aún
de la cuna al ataud,
extraviada del rumbo a seguir
por ignorar que no existe el fin
del que escapar.
De Pacheco a la Paternal,
de Dock Sud a 3 de Febrero,
mil amigos con el corazón
esperan esta canción
Para atravesar
el trago amargo de este mal momento
Mientras el mundo, policía y ladrón,
me bautizan sonriendo, gil trabajador.
Gil, gil trabajador.
9. Para pocos de los muchos
Para pocos de los muchos
Bajo un remanso de estrellas
trajo la puna en su embrujo.
Hasta mí, el canto que canto
para pocos de los muchos.
Los muchos que aún cambian
oro por cuentas de vidrio,
y sin reproche se someten
al espejismo bendito.
A quien advierte la farsa,
yo quiero sumar mi voz.
Junto a la indiana, que herencia reclama,
por fuerza de la razón.
Cuando tenga la tierra,
sueña el indio ese día,
y se sigue historiando
injusticia sufrida.
Parece que no alcanza
el tiempo de una vida,
para historiar el desmadre
de opacar a la raza original.
Aún hoy nos acechan
con perdones mentidos,
en nombre de la garcha,
o del santo hijo del Dios mismo.
Cuidate de que no te agarren
tempranito el domingo.
Pues con sumarte,
ellos pagan el perdón recibido.
Con infiernos aterran,
a demonios conjuran,
reniegan el reencarne,
ciegos de locura.
Bajo un remanso de estrellas
trajo la puna en su embrujo.
Hasta mí, el canto que canto
para pocos de los muchos.
Los muchos que aún cambian
oro por cuentas de vidrio,
y sin reproche se someten
al espejismo bendito.
10. De mandadores y mandados
De mandadores y mandados
Chupa Sirios,
buscando el Diablo en la carne.
Cofradías de la falsa resurrección.
En lo más morbido del alma,
de miserias y serpientes.
Sucios son los beneficios, y la
gente,
cae en maldita desgracia.
¡Con el perdón!
Karma de siglos,
no creer en lo que no se ve.
Prender velas, recoger el diezmo
de hoy.
No hay pecado sin tortura.
De los mártires la culpa.
Sucios son los beneficios,
y la gente cae en maldita
desgracia.
Mandadores y mandados,
es la historia del planeta.
Mandadores y mandados,
por favor ya larguenme.
¡Con su perdón!
No hay pecado sin tortura.
De los mártires la culpa.
Sucios son los beneficios,
y la gente cae en maldita
desgracia.
Mandadores y mandados,
es la historia del planeta.
Mandadores y mandados,
por favor ya larguenme.
¡Con su perdón!
11. Virgen de los muertitos
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